lunes, 22 de noviembre de 2010

Lluvia de tratados de libre comercio

No todos los países latinoamericanos cuentan con industrias por defender, por eso en estos años han sellado con entusiasmo Tratados de Libre Comercio (TLC) con China. Tal es el caso de Chile y Perú. Costa Rica hará lo propio el año próximo y Pekín quiere que el siguiente sea Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), que a su vez está negociando un acuerdo de asociación con la Unión Europea. No obstante, el máximo negociador de los TLC de China, Zhang Jianping, reconoce que persisten escollos para llegar a un acuerdo con Mercosur por el temor de las industrias sudamericanas y por las "dificultades diplomáticas y políticas" que han provocado las tensiones económicas entre ambas partes. En concreto, China reclama que la reconozcan como economía de mercado, lo que reduciría las posibilidades de aplicarle antidumping a sus productos.
Pese a todos estos reparos, "hoy nadie en Latinoamérica veta la relación con China", a diferencia de lo que sucedía con la Unión Soviética en el siglo XX, observa el catedrático argentino Juan Gabriel Tokatlian. Y añade: "Hay un proceso de experimentación para que los latinoamericanos conozcan mejor a los chinos y que los chinos conozcan mejor a los latinoamericanos".
El Gobierno chino también percibe que la relación no se puede asentar únicamente en un trueque de materias primas por manufacturas. "Latinoamérica debe agregar valor a sus recursos naturales", opina Bai Lichen, vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (organismo dependiente del Parlamento de Pekín). "Buscamos más cooperación en coches, finanzas, energías renovables, medios de comunicación, turismo, construcción", añade Bai.